La finalidad reguladora de la evaluación

La finalidad reguladora de la evaluación

Aprender implica identificar dificultades y errores, entender sus posibles causas y tomar decisiones sobre cómo superarlas. Por lo tanto, aprendemos de los errores, dificultades u obstáculos, evaluándolos, es decir, identificándolos, comprendiendo sus causas y tomando decisiones para superarlas. Es lo que llamamos evaluación formativa o formadora.


Vídeo- Ejemplo de proceso de evaluación reguladora


El error es algo normal en todo el proceso de aprendizaje. Si un estudiante realiza correctamente un trabajo la primera vez que lo hace, por lo general es que él o ella sabía cómo hacerlo o lo copió. En ambos casos, sin embargo, no habrá aprendizaje. Por lo tanto, la evaluación con finalidad reguladora requiere la creación de un clima de aula en el que el error pueda manifestarse sin ser penalizado, y donde todo el mundo pueda expresarse, las propuestas sean escuchadas, se valoren e integren cuando se consideran válidas.


Astolfi J.P. (1999). El error, un medio para enseñar. Colección: Investigación y Enseñanza, 15. Sevilla: Ed. Infantil.