Àngels Prat i Pla

La competencia lingüística adquirida en esta etapa abre oportunidades de mejorar la autonomía personal. Si escriben mínimamente, sea como noveles o como expertos, tienen libertad para decidir qué quieren escribir y para quienes lo hacen. También en lectura. Saber que pueden leer algún pequeño texto, elegido personalmente, vaya o no acompañado de imagen, satisface las expectativas y anima a continuar, especialmente a los noveles.

Por encima de las dudas y las dificultades de cada uno, hay que tener la confianza de que todos pueden aprender. Lo que realmente cuenta, en los aprendizajes, es la voluntad de quererlo conseguir. Esta voluntad para conseguir competencia lingüística debería hacerse extensiva a maestros y a todo el grupo clase. El éxito de un alumno, lo es de este alumno, pero también de maestros y adultos que han intervenido, y especialmente del grupo clase. El solo hecho de la convivencia es el mejor estímulo para un novel que tiene ganas de mejorar.