Teresa Pigrau, Neus Sanmartí
El aprendizaje de la ciencia requiere la aplicación de una diversidad de actividades que se interrelacionan entre ellas en el marco de lo que llamamos «actividad científica escolar» (ACE), en la que influyen todas las variables que condicionan cualquier producción humana . Habitualmente se enseña la ciencia pensando que es sólo un conocimiento a traspasar, cuando sobretodo hay que considerarla una actividad humana (que incluye el conocimiento pero también otros saberes, como son los relacionados con la forma en que la ciencia se genera, los valores asociados, la experiencia o los sentimientos). Se considera que los humanos, para satisfacer sus necesidades, se relacionan con el medio mediante las actividades que desarrollan.
¿Qué caracteriza la actividad científica escolar?
La actividad científica en la escuela se da en relación a un contexto o hecho más o menos problemático, pero siempre estimulante para el que aprende, y que lleva a plantear alguna pregunta. Para darle respuesta es necesario interrelacionar el «pensar» (en base a modelos teóricos y aplicando estrategias de razo-namiento cada vez más complejas), el «hacer o experimentar» (a partir de aplicar metodologías propias del trabajo científico que posibiliten identificar pruebas que validen o no las predicciones e hipótesis), el «comunicar» (utilizando diferentes lenguajes y modos comunicativos para expresar ideas y procesos, debatirlos y consensuarlos), y lo que llamamos «sentir / ser» (que conlleva poner en juego los propios sentimientos, emociones y valores y, también, las capacidades que posibilitan tanto el trabajo autónomo como con los demás).

En resumen, llevar a cabo una actividad científica escolar implica plantear retos interesantes para el alumnado con el fin de enseñarle a mirar y a pensar utilizando modelos teóricos reconocidos por la comunidad científica, ayudándole a regular sus ideas iniciales paulatinamente a partir, tanto de pruebas obtenidas experimentalmente o en fuentes de información diversas, como de argumentos generados en discutirlas con los demás. Comporta expresar emociones y controlarlas positivamente, aplicar estrategias de razonamiento de orden superior (analizar, sintetizar, evaluar …), utilizar un lenguaje cada vez más elaborado y cercano al normativo, discutir con respeto las ideas propias y las de los demás , criticar opciones creando y proponiendo alternativas, y adquirir confianza en las propias capacidades de pensamiento, de acción y de comunicación.