Las conversaciones y las puestas en común posibilitan identificar ideas del alumnado y promover su regulación. Los alumnos plantean preguntas y dudas, explican qué han hecho y cómo lo interpretan, comparan sus ideas o maneras de hacer con las de los demás, etc. Esta verbalización les posibilita reconocer similitudes y diferencias entre su pensamiento, acciones y sentimientos y los de los demás, y tomar decisiones para revisarlos, si es necesario.
¿Cómo?
Sin embargo, para que una conversación o puesta en común posibilite esta regulación se deben dar algunas condiciones:

En primer lugar, es necesario que se dé tiempo para que todo el mundo pueda pensar antes de que alguien hable. Los estudios demuestran que, si se quiere favorecer la regulación de todos los componentes del grupo, se necesitan 10 segundos de silencio entre el planteamiento de una pregunta y el momento en el que la respuesta se hace explícita. De lo contrario, muchos alumnos no piensan que dirían y cuando un compañero expresa su punto de vista, no pueden compararlo con el suyo y, por tanto, regularlo. No es importante que todo el mundo hable, pero sí que todo el mundo piense.
En segundo lugar, hay que plantear buenas preguntas y seleccionar bien las de los aprendices y aquellas a las que se dedicará más tiempo. Deben ser de diferentes tipos y que comporten comparar, comprobar, resumir…, y deben estar planteadas diciendo ¿»qué piensas sobre …?», «¿Por qué piensas …?», «¿Cómo piensas que será mejor…?» o «¿qué podría pasar si …? «. No se puede centrar la conversación en preguntas como «¿Qué es?», «Cómo se dice?», «¿Qué sabemos?»… Es importante conversar alrededor de pocas pero preguntas que ayuden a pensar globalmente el modelo.

Para más información sobre buenas preguntas, consultad este PDF: Márquez, C., & Pujol, R. M. (2006). Una reflexión entorno a la conversación en las clases de ciencias. Articles de Didàctica de La Llengua I de La Literatura, (37), 31–43. También encontraréis información en el apartado sobre cuestionarios.

En tercer lugar, es importante promover que, cuando se den respuestas, éstas se basen en pruebas, observaciones, experiencias…, y no sólo en opiniones personales. Esto no implica que no se pueda imaginar o hacer predicciones. La finalidad es que puedan contrastar sus puntos de vista con datos y, de este modo, regularlos.
En cuarto lugar, hay que pedir finalmente que piensen individualmente tres ideas-clave que han aprendido, sentimientos, nuevas preguntas… Este hecho posibilita comparar las diferentes percepciones y autorregularse a partir de reconocer que no todos nos llevamos lo mismo después de conversar.
